CiU rechazó en 1981 homenajear a los deportados en los campos nazis
Saura asistirá al aniversario de la liberación de Mauthausen
ENRIC COMPANY - Barcelona
En febrero de 1981, el Gobierno de la Generalitat, formado por Convergència i Unió (CiU) y presidido por Jordi Pujol, remitió a "un detenido estudio" para realizar en un futuro sin fecha la decisión de participar o no en la conmemoración internacional de la liberación de los campos nazis que se celebra todos los años en mayo y de rendir homenaje a los deportados catalanes que estuvieron en ellos. Se sucedieron seis gobiernos de la misma coalición y la Generalitat nunca participó en la conmemoración.
El cambio de posición oficial se ha producido 24 años después de que el entonces diputado Josep Benet propusiera que la Generalitat se sumara a la conmemoración y rindiera homenaje a los catalanes que cayeron en manos de los nazis. Una delegación oficial del Gobierno catalán, encabezada por el consejero de Relaciones Institucionales, Joan Saura, participará este fin de semana en la conmemoración del 60º aniversario de la liberación del campo de Mauthausen (Austria) y del fin de la II Guerra Mundial.
Será la primera vez que el Gobierno de la Generalitat lo haga, y eso que, como recordó Benet en la petición que formuló por escrito en 1981, entre quienes murieron en Mauthausen se encontraba incluso un ex consejero de la Generalitat, Josep Miret i Musté, que lo fue en 1937 y murió en 1944 en Floridadorf, uno de los campos satélite de Mauthausen. Una primera parte de este homenaje tuvo efecto ya el 17 de abril, en ocasión del aniversario de la liberación del campo de Ravensbrück (Alemania), a la que también asistió una delegación presidida por Saura.
El olvido en que los sucesivos gobiernos catalanes han tenido a los deportados republicanos catalanes no fue fruto de la desidia. Benet propuso ya en 1981 que la Generalitat levantara un monumento en memoria de los "varios miles de catalanes que sufrieron en aquellos campos, muchos de los cuales murieron en ellos". También propuso que el Departamento de Enseñanza editara un cuaderno de trabajo que se utilizara en las escuelas catalanas para dar a conocer a las nuevas generaciones "el sacrificio de aquellos miles de catalanes".
La evasiva dada por el Gobierno a Benet consta en el Boletín Oficial del Parlament de 27 de febrero de 1981. El entonces consejero adjunto de Presidencia, Miquel Coll i Alentorn, respondió al diputado que el Gobierno catalán era "consciente" de la significación que tenían las conmemoraciones anuales de la liberación de los campos de concentración nazis, pero esperaría a realizar "un detenido estudio" para decidir "oportunamente lo que corresponda".
Lo que durante las más de dos décadas correspondió fue poner una sordina a todo lo que tuviera relación con los exiliados republicanos, su colaboración con los aliados en la II Guerra Mundial, su participación en la resistencia contra los nazis en Francia y sus penalidades y muerte en los campos de trabajo y de exterminio.
De esto se han quejado repetidamente los supervivientes de aquella odisea, agrupados en la Amical de Mauthausen. La conmemoración de este año revestirá un carácter especial, porque es la del 60º aniversario. Se calcula que asistirán a ella unas 25.000 personas, ex deportados, familiares y representaciones de numerosos gobiernos.
Para los españoles y los catalanes será también especial porque, por vez primera, contará con la presencia del presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, y con una delegación oficial de la Generalitat, con representación del Ejecutivo formada por Saura y la consejera de Interior, Montserrat Tura, y ocho diputados del Parlament pertenecientes a todos los grupos. También asistirán a la conmemoración representaciones de los gobiernos autónomos de Andalucía y Asturias.
*Fuente: El País, 4 de mayo de 2005
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