Los hermanos de Antonio Machado desvelan secretos del poeta
Un viejo arcón, cerrado durante más de 35 años, desveló aspectos desconocidos del poeta español Antonio Machado a través de las vivencias de sus hermanos José y Joaquín, asentados en Chile tras la Guerra Civil española.
La exposición 'José y Joaquín, los otros hermanos Machado', instalada a partir de hoy en el Centro Cultural de España, en Santiago, ha rescatado del olvido esos fragmentos de la vida íntima y familiar de Antonio Machado (Sevilla, 1875-Collioure (Francia), 1939), escudriñados por sus hermanos desde el exilio en Chile.
Cartas, carpetas con dibujos, paisajes, cajas de pintura, pinceles, lápices y, en un sobre, atado con hilo, el manuscrito 'Ultimas soledades del poeta Antonio Machado', un libro en el que José plasmó la relación que mantuvo con su hermano.
Junto con la exposición, los gestores de la iniciativa han lanzado una edición facsimilar del manuscrito.
Los objetos fueron considerados 'un tesoro' por León de la Torre, agregado cultural de la embajada de España, que accedió a ellos a través de Carmen y María, las hijas de José, e impulsó la idea de esta exposición.
'Estaba todo como si se hubiera guardado ahora mismo', destacó a EFE Marta Ramos, historiadora de Arte de la Universidad Complutense que trabajó en el proyecto, para quien el hallazgo fue 'una sorpresa que no imaginaba'.
José y Joaquín Machado llegaron exiliados a Chile en 1940 en el vapor 'Formosa', que siguió la ruta que un año antes había trazado el ya mítico 'Winnipeg', en el que el poeta chileno Pablo Neruda pudo trasladar a su país a más de 2.000 republicanos españoles.
'Se suponía que el 'Formosa' estaba destinado a obreros y campesinos españoles, pues los intelectuales habían viajado en el 'Winnipeg', pero hubo excepciones, como los hermanos Machado y el crítico Antonio Romera', explicó Ramos.
En Chile, José Machado se dedicó a la pintura, en la que se destacó principalmente como retratista, mientras Joaquín, que era tipógrafo y periodista, fue columnista de opinión, con artículos notables por su agilidad e ironía.
José pudo reunirse en Chile, siete años después de su llegada, con sus hijas Carmen, María y Eulalia, que tras el estallido de la Guerra Civil (1936-1939) formaron parte de los llamados 'Niños de la guerra', menores enviados a la Unión Soviética por las autoridades republicanas.
Secretario de su hermano Antonio e ilustrador de muchas de sus obras, José partió con él a su exilio en Francia y le acompañó hasta su muerte y cuando llegó a Chile ya trabajaba en el manuscrito de 'Ultimas soledades del poeta Antonio Machado'.
El texto, caligrafiado en hojas de cuaderno atadas con un hilo, fue para los gestores de la exposición el mayor tesoro descubierto en el viejo arcón.
Estos escritos de José 'serán un aporte para el conocimiento de Antonio Machado, cuya historia, como la de todo gran artista, está en permanente construcción', subrayó Ramos.
'Nos proporciona una visión íntima, familiar, que no se ve en otros estudios sobre Antonio Machado, más volcados a su obra literaria', explicó.
A modo de ejemplo, se pueden conocer datos desconocidos sobre la identidad de la 'Guiomar' de los poemas publicados por Antonio entre 1929 y 1936, que hacen referencia a sus amoríos con una mujer casada cuyo nombre real (Pilar de Valderrama) no se conocería hasta muchos años después.
También hay antecedentes sobre la colaboración teatral entre Antonio y su hermano Manuel, también destacado poeta.
'Ultimas soledades del poeta Antonio Machado' ha sido publicado en forma muy limitada: en 1957 Carmen Machado y su marido confeccionaron unos pocos ejemplares, a mimeógrafo; en 1971 la Diputación de Soria editó una pequeña tirada y en 1977 apareció otra edición en Madrid (Forma Ediciones).
'Fue una labor de puro amor, sentimos mucha alegría cuando se editó, pero más lindo ver hecho libro su propio manuscrito', señaló a EFE Carmen Machado.
Explicó que la edición a mimeógrafo, encuadernada a mano, tuvo un carácter simbólico y testimonial, pues su padre, fallecido en 1958, ya estaba muy mal de salud y no quería morir sin ver concretada su obra.
Cuando murió José, su madre, Matea Montero, guardó todo en el arcón, que desde entonces permaneció décadas cerrado, sin ser abierto ni siquiera en las mudanzas de su hija María, que se encargó de guardarlo.
Para Marta Ramos, el contenido del arcón permitirá descubrir no sólo aspectos hasta ahora ignorados de Antonio Machado, sino de la familia en general y los propios José y Joaquín, que en España son prácticamente desconocidos, salvo entre especialistas 'muy especialistas'.
También en Chile ocurre algo similar, pues José y Joaquín, este último fallecido en 1955, se caracterizaron, a decir de sus descendientes, por su vida discreta. 'Eran muy caseros', recuerda Carmen.
*Fuente: Terra Actualidad - EFE, 11-05-2005
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