'La voz de los vencidos', libro que ofrece un panorama general del exilio republicano desde 1939
Dentro de la labor de recuperación de la memoria histórica española, la historiadora Alicia Alted se ha servido de archivos y testimonios directos para escribir 'La voz de los vencidos', el primer volumen de los publicados hasta el momento que arroja una perspectiva general sobre el exilio republicano de 1939.
"Se ha escrito mucho sobre el exilio, pero siempre abordando aspectos específicos del fenómeno, como los niños de Rusia o los intelectuales de México", ha explicado la autora en una entrevista. "Lo que he intentado en este libro es ofrecer algo que se echaba de menos, es decir, un panorama general de todos los países implicados, desde un punto de vista tanto político, como social y cultural", añadió.
'La voz de los vencidos' (Aguilar) analiza, ilustrado con testimonios personales, desde el primer día del éxodo republicano hasta el retorno a la España democrática de los afectados, pasando por el desarrollo del gobierno republicano en el exilio y los diferentes contextos que se dieron en países de acogida como Francia, Rusia, México o el norte de Africa.
"Hubo un total de medio millón de exiliados y todos han arrastrado un grave problema de identidad y desarraigo, ya que no se sentían ni de aquí ni de allí, vivían con las maletas apenas deshechas y no se decidían a comprar los muebles de su casa, ya que pensaban que volverían enseguida", explica la profesora de Historia Contemporánea de la UNED.
LA INTERMINABLE ESPERA PARA VOLVER
Según la autora de 'El archivo de la República española en el exilio', la mayoría creía que regresar era cuestión de meses, pero se iba desarrollando la Segunda Guerra Mundial y "no concebían" que los Aliados permitiesen un gobierno como el de Franco, "tan afín" a los países del Eje.
Si bien hay rasgos comunes a todos los exiliados, la autora de 'Los niños de la guerra de España en la Unión Soviética' diferencia claramente los contextos a los que debieron adaptarse según las características socio-económicas y culturales del país de acogida.
Así, afirma, "los sectores de derechas franceses tuvieron miedo de acoger la marea humana que se produjo" y se intentó reconducir el flujo a otros países europeos como Gran Bretaña, "que apenas aceptó unos 500", y hacia América.
DIFERENTES PAÍSES, DIFERENTES EXILIOS
México se convirtió en el mayor centro receptor, si bien el General Lázaro Cárdenas había trazado un plan de acogida, en el que el 60% de los que llegasen debían pertenecer al sector primario y serían utilizados como agricultores y repobladores de diferentes zonas del país.
Sin embargo, los organismos republicanos que decidieron quiénes cogerían el barco hacia el territorio azteca, "invirtieron intencionadamente las cifras", con lo que viajaron un 60% de intelectuales y profesionales liberales, que, según Alted, "enriquecieron enormemente el mundo cultural mexicano".
Por otro lado, los exiliados en Rusia tenían un corte muy comprometido, ya que "Stalin no estaba dispuesto a aceptar gente que no siguiera su doctrina", apuntó.
Eran en su mayoría hijos de comunistas, además de "la última promoción de pilotos de aviación republicanos que se estaban formando en la Unión Soviética para volar en España y varios de los tripulantes de los barcos que llevaban el Oro español hasta la costa rusa, que quedaron confiscados por Stalin al acabar la Guerra Civil".
LA VUELTA A ESPAÑA
En cuanto al regreso, la autora de 'Disidencias en el franquismo' afirmó que es muy complicado hablar de cifras concretas, ya que fue muy escalonado. Así, muchos de los que cruzaron los Pirineos, sobre todo aquellos que no estaban muy comprometidos políticamente, regresaron a los pocos meses.
Otros lo hicieron a lo largo de la década de los cincuenta y sesenta, mientras que otros tantos, "por una cuestión de dignidad" no regresaron a España hasta la muerte del dictador. |