En el 60º aniversario de la liberación de París, entre el 24 y el 30 de agosto de 1944, es obligatorio el recuerdo para los republicanos españoles que lucharon con la Resistencia. El Ayuntamiento de París rinde hoy un homenaje a los soldados españoles que liberaron la capital francesa de los nazis.
Para quienes residimos en la hermosa capital de Francia, resulta distraído y enriquecedor, al pasear por sus avenidas y calles, el leer decenas y decenas de lápidas e inscripciones sobre muros y fachadas. En su inmensa mayoría sirven para recordar que determinado edificio alojó a un personaje histórico o que ante esa construcción tuvo lugar tal o cual acontecimiento en la historia de la ciudad. De ellos, gran parte se refieren a sucesos que se desarrollaron a lo largo de la II Guerra Mundial.
Esa curiosidad histórica cobra especial relevancia en este año, al cumplirse el 60º aniversario del desembarco aliado en las playas de Normandía . Para su conmemoración y en homenaje a tantas víctimas, la República Francesa ha querido volcarse en honor y recuerdo agradecido a las Fuerzas Aliadas que permitieron la victoria definitiva sobre el Ejército de Hitler .
Pues bien, esta introducción quiere ser también reflexión y envite ante la proximidad de los días 24 a 30 de agosto, cuando en esos días de 1944 se produjo la liberación de París y en cuya peripecia participó un contingente de españoles, de forma crucial y contundente, pero, hasta ahora, apenas reconocida . Por ello, ¿no ha llegado quizá el momento de hacerles justicia y ofrecer nuestro recuerdo y el homenaje de París? Permítaseme una breve evocación histórica.
Desde la ocupación alemana de la ciudad, en junio de 1940, se dieron varios casos de protagonismo heroico por parte de españoles en lucha y coordinación contra las fuerzas invasoras. Recordemos como muestra sólo dos nombres, el de Lucía Rueda, la Patro , enlace en la Resistencia, y el del catalán José Roig , condenado a muerte por reclutar voluntarios para las fuerzas libres del general De Gaulle en Londres.
Sin embargo, es a partir de 1943 y 1944 cuando las unidades del general Leclerc se van a duras penas organizando en Centroáfrica , en combate en Libia y Túnez hasta concentrarse en Marruecos para, en su momento, embarcar desde Casablanca a Inglaterra. En esas fuerzas destaca la Segunda División Blindada, que, a las órdenes del comandante Raymond Dronne , va a nutrirse de mayoría de españoles, llegados desde la Legión Extranjera y desde campos de concentración en el Sur francés.
Es un contingente de infantería motorizada, preparado para la lucha a pie o a bordo de vehículos orugas, armados, los half tracks que van a bautizar con nombres como Madrid , Santander, Guadalajara, Guernica , Brunete o Don Quijote...
Una vez en Inglaterra y gracias al apoyo canadiense, el tándem excepcional que eran Leclerc - Dronne consigue ser el cuerpo de ejército designado -ante la presión del mítico general Patton , que lo intentaba- para llevar a cabo la ocupación de París. El desembarco en Francia se produce entre el 31 de julio y el 1 de agosto de 1944 en la playa de la Magdalena, junto a Sainte- Mère l'Eglise , en la costa normanda. Los blindados, en los que figuran más de 185 españoles, comienzan un avance hacia París desde el 6 de agosto hasta el atardecer del día 24; en esa operación, en la que ya se produjeron las primeras bajas, van a enfrentarse con situaciones duras, desconfianzas y recelos del mando, pero supieron superarlas como en alguna crónica lo recogió Ernest Hemingway y el fotógrafo Capa, según la versión que nos ha dejado el combatiente e historiador Pons Prades , brillante autor de Republicanos españoles en la II Guerra Mundial (Planeta, 1975).
Al anochecer del 24 de agosto, bajo una lluvia de agua pero también de aviación y artillería alemanas, las tanquetas y vehículos blindados, a bordo de ellos los españoles, consiguen entrar en París por el este, por la Porte d'Italie . Entre las nueve y las diez de la noche logran llegar hasta la plaza del Ayuntamiento, margen derecho del Sena, y allí transcurre la primera noche. Los nombres de Moreno, Elías, Bernal, Campos, Granel... y los de muchos más, del País Vasco, de Cataluña, Castilla... entran así en la historia de Europa.
Al amanecer del 25 las unidades se preparan para ocupar la Prefectura, el hotel Meurice , cuartel general del Ejército alemán, que capitula, las centrales de electricidad y teléfonos, y al fin, sin apenas descanso, el sábado 26 rinden honores en el Arco del Triunfo, l'Etoile , al general De Gaulle , a quien acompañan hasta la catedral de Nôtre Dame.
Se había liberado París. La paz aún costaría muchas vidas, pero estaba cada vez más cerca y Francia en esa lucha había sido escenario del coraje, el valor y valentías de un puñado de españoles. De ellos, algunos volvieron más tarde a su tierra, pero otros se quedaron para siempre. Hasta aquí, la historia.
¿Acaso los Gobiernos de ambos países, acaso determinadas autoridades municipales, acaso instituciones varias... no deberían preparar cuanto antes merecidos homenajes y recuerdo a quienes con sus vidas lucharon por la libertad? Confiemos, pues, que en unos meses, y en las calles de París, figuren también los nombres y apellidos de nuestros compatriotas que evoquen a quienes hicieron realidad su liberación.