La faena de Bono
ALFREDO ABIÁN
Director adjunto
La Academia de Infantería de Toledo no parece el lugar más adecuado para que José Luis Rodríguez Zapatero diserte sobre si la ciencia política carece de un concepto claro y unívoco acerca de si España es una nación o no. Quizá por ello, el presidente cedió ayer el testigo a su ministro de Defensa, que parece tener pocas dudas al respecto. En aquel incomparable marco castrense, en una ciudad repleta de evocaciones a un pasado que aún nos hiela el corazón, José Bono no defraudó. Nunca lo hace cuando torea ante su afición, con el tendido esperando una buena faena en la que las palabras embistan con la casta, bravura y nobleza que el arte de Cúchares siempre atribuyó a los toros de la ganadería de Victorino Martín. Bono conmemoró la Inmaculada, patrona de Infantería, denunciando el antiespañolismo. Nada nuevo en quien se estrenó en Defensa, en abril pasado, con reivindicaciones patrióticas y recordando que el PSOE es el único partido que tiene en sus siglas la E de español. Ayer, a falta del calor que le dieron en su toma de posesión desde Concha Velasco hasta Raphael, Bono a buen seguro que recibió la comprensión de muchos en una recia capital castellana marcada aún a fuego por la memoria del Alcázar y el general Moscardó. En este país, que no debe tener cosas más importantes que hacer que polemizar sobre la palabrería, no duden que se hablará largo y tendido de la última faena del ministro.
*Fuente : La Vanguardia.
9 de Diciembre de 2004
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