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Primera exhumación de cadáveres de una fosa de la Guerra Civil

Un protocolo permitirá que las futuras exhumaciones se hagan con todas las garantías

ELI PIÑOL

La primera exhumación de una fosa de la Guerra Civil que ha realizado la Administración catalana, la del Mas Puigvistós de Prats de Lluçanès (Osona), sólo ha permitido conocer la identidad de uno de los siete cadáveres que se hallaron en ella. Se trata de Claudi A. B., natural de un pueblo de Lleida y que tenía 33 años cuando murió. Era el único civil enterrado en la fosa; los otros seis cadáveres son de soldados republicanos.

Éstas son algunas de las conclusiones del informe de apertura de la fosa que ayer presentaron en Prats de Lluçanès el conseller en cap de la Generalitat, Josep Bargalló, y el secretario de Coordinación Interdepartamental, Apel.les Carod Rovira.

Todos los enterrados en la fosa murieron por arma de fuego entre el 1 y el 4 de febrero de 1939 en los combates para impedir la entrada de las tropas franquistas en la población. El cadáver del único civil se ha podido identificar gracias a técnicas antropológicas y antropométricas, a la aproximación de las características físicas y las proporciones craneofaciales comparadas con su fotografía y a la prueba de ADN que se comparó con el de una sobrina. Los resultados indican que murió de un tiro en el abdomen.

De los soldados se sabe que tenían de 22 a 39 años y una estatura de entre 1,58 y 1,82 metros y que murieron de uno o más disparos durante el enfrentamiento bélico. El estudio apunta que probablemente pertenecían a las tropas republicanas de los cuerpos del ejército XI o XVIII, que se hubieran podido fusionar. Los restos del civil identificado se han entregado a sus familiares mientras que los otros cadáveres han sido depositados en el cementerio de Prats de Lluçanès.

Al lado de los cuerpos exhumados aparecieron materiales y objetos que formaban parte de su indumentaria en el momento de su muerte, como trozos de tela, vainas de balas, cargadores, piezas de cerámica y utensilios de campaña. La apertura de la fosa ha evidenciado las dificultades que comporta la identificacion de cadáveres si no se dispone de datos muy concretos y de familiares con los que se pueda hacer la comparación del ADN. Además, la mayoría de fosas que hay en Cataluña son de militares muertos en combate o en retirada y que provienen de otras partes de España.

Por estos motivos, el Gobierno catalán prevé presentar a principos del próximo año un protocolo para la apertura de fosas comunes y la exhumación de sus restos, siempre y cuando tengan todas las garantías de identificación.

Según confirmó Apel·les Carod, el Ejecutivo catalán tiene censadas en estos momentos 152 fosas en las que habría enterradas unas 9.000 personas como mínimo. Frente a la imposibilidad de abrirlas todas, teniendo en cuenta las dificultades que supone la identificación de cadáveres, el Ejecutivo se plantea la dignificación de todos estos espacios.

Carod dijo que, ante los problemas encontrados en una fosa con siete cadáveres, será inviable hacerlo con otras más grandes. Por su parte, Josep Bargalló, defendió la actuación en Prats de Luçanès "por la obligación que tiene el Gobierno de superar el olvido, dar fundamento a la memoria y por respeto al derecho de las personas". Por ello "es importante que la apertura de fosas siga un protocolo que garantice un elevado nivel científico de los trabajos y los recursos necesarios para que los resultados sean los correctos", añadió.

Las excavaciones en el Mas Puigvistós, dirigidas por el Instituto de Medicina Legal de Cataluña, se realizaron a finales de junio. El equipo estaba formado por 13 personas, entre médicos forenses, antropólogos y arqueólogos. La fosa se abrió tras un trabajo previo de investigación consistente en la revisión de archivos documentales, fotografías y entrevistas con familiares de los desaparecidos y testigos.

*Fuente : El País, Vic. 26 de Noviembre de 2004