La opulencia dee Pinochet

La revelación de que un banco de EEUU ocultó dinero del dictador compromete al Ejército chileno

Augusto Pinochet es parte del pasado", subrayó días atrás el jefe del Ejército chileno, el general Emilio Cheyre. Pero, una vez más, la realidad se empecinó en enmendarle la plana. La revelación, en el Congreso de EEUU, de que el dictador tenía cuentas de hasta 8 millones de dólares (6,5 millones de euros, 1.082 millones de pesetas) en el banco estadounidense Riggs --que fueron ocultadas mientras estaba bajo arresto en Londres-- no sólo ha devuelto al general al primer plano de la actualidad. El tema vuelve a poner en aprietos al Ejército y amenaza con eclipsar la reunión que el presidente chileno, Ricardo Lagos, tendrá con su homólogo estadounidense, George Bush, en Washington.

Blancos los cabellos
"A ochenta y ocho años. ¡Quién lo diría!/ y al cabo de ellos, con ya blancos los cabellos/ el alma buscando sabiduría". En su último cumpleaños, en noviembre pasado, Pinochet leyó frente a sus familiares y amigos un poema que fue todo un ejercicio de culto a la personalidad. Y aunque sus cabellos están plateados, muchos en Chile creen que sus artimañas siguen intactas a pesar de que la justicia lo consideró un demente. Últimamente, no se cansó de dar la razón a sus enemigos.
Primero, fue un celebrado té familiar en Valparaíso. Después, en abril, la compra de un moderno jeep 4x4 BMW de esos que manejan con jactancia los nuevos millonarios chilenos. Pinochet, para ser discreto y no recurrir a su cuenta, lo pagó en cómodos plazos y dejando el viejo automóvil a cambio.
Semanas atrás, salió a pasear por el centro de Santiago y entró en su librería de siempre en la calle San Diego. "Tiene una memoria única para acordarse de la fecha. No se olvidó nunca de mi santo. Lo conozco desde los 50", dijo el vendedor Miguel Aburto a Últimas Noticias .
Días más tarde, el Tribunal de Apelaciones emitió un fallo que no le debe haber dado más ganas de pavonearse. El tribunal justificó el nuevo desafuero del dictador en la causa Operación Cóndor señalando que Pinochet, por su jerarquía, no pudo sino saber de las acciones que su policía secreta realizaba con los regímenes militares de los países vecinos para eliminar adversarios.
Mientras su defensa preparaba la apelación ante el Tribunal Supremo, estalló el escándalo de las cuentas secretas. Hasta el mismísimo presidente de la Unión Demócrata Independiente, el principal partido de la derecha, Jovino Novoa, consideró posible que Pinochet haya efectuado esas operaciones monetarias. "Puesto bien pagado en el sector público. Ingresos de inversiones". Así justificó Pinochet sus fondos.
Y por último, según una denuncia de un suboficial difundida ayer por La Nación , el propio dictador ordenó quemar los cadáveres de 18 víctimas de la represión seis años después del golpe de 1973.

Un hombre de éxito
El dictador se presentó como un "hombre retirado" que "alcanzó gran éxito en su carrera" y que acumuló riqueza "de manera ordenada durante su vida, con vistas a su jubilación". Lagos, entretanto, negó ayer que su Gobierno estuviera al corriente de la investigación y desmintió que vaya a promover una investigación especial.
Por si acaso, el Partido Socialista, en el poder, pidió al Consejo de Defensa del Estado (CDE) que sí lo haga para determinar si procede procesarlo por apropiación indebida de recursos públicos y enriquecimiento ilícito. El general Cheire, quien dijo tener "constancia del sufrimiento" de Pinochet a causa de sus problemas físicos, se encuentra en estas horas con una tormenta inesperada. Según el portal de noticias El Mostrador , el Ejército es otro de los clientes de Riggs.