Preston recalca el "uso represivo" que Franco dio a los papeles de Salamanca

ISRAEL PUNZANO

El Palau de la Música Catalana, en Barcelona, acogió ayer el acto central de la Operación retorno de los papeles de Salamanca, una iniciativa impulsada por la Comisión de la Dignidad para exigir la devolución íntegra de los documentos catalanes incautados por las tropas franquistas. La documentación se conserva actualmente en el Archivo General de la Guerra Civil Española, sito en la ciudad castellano-leonesa. En la ceremonia reivindicativa participaron el historiador Paul Preston; el vicepresidente de las Cortes Valencianas, Joaquim Puig, y el catedrático de filosofía Josep Maria Terricabras. Preston recalcó el uso policial de los documentos: "Los fondos de Salamanca provienen del saqueo de las instituciones que iba ocupando progresivamente Franco. Tenían un fin represivo, se utilizaban como pruebas de antecedentes políticos para juicios sumarios. Son el monumento al lado más repugnante de la dictadura. No es el menor de los crímenes de Franco; el asesinato de Companys y de miles de catalanes no tiene remedio, pero éste sí".

El actor Jordi Bosch se encargó de conducir la velada, amenizada con actuaciones de la compañía humorística Teatre de la Guerrilla y del grupo de música Port Bo, que estrenaron la Canción de los papeles.

Puig lamentó la falta de sensibilidad para cerrar las heridas de la Guerra Civil. "Los mal llamados papeles de Salamanca siguen en el archivo en el que los pusieron los ganadores. No es un archivo histórico, sino policial. Que los documentos permanezcan ahí es un símbolo de confrontación. El derecho de las víctimas no es negociable".