Asociación de Familiares y Amigos de Represaliados de la II República por el franquismo

El Gobierno español acogió con enorme interés la iniciativa francesa de homenajear a los combatientes españoles dentro de los actos de conmemoración del 60º aniversario de la Liberación de París.Una ocasión espléndida para ocupar su sitio junto a los vencedores de la II Guerra Mundial, tras la ausencia española en el aniversario del desembarco de Normandía. Pero, por si al ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, se le había olvidado la cita del 24 de agosto, dos meses antes, el diputado del PNV Iñaki Anasagasti se la recordó con una interpelación parlamentaria en la que preguntó al ministro sobre la intención del Ejecutivo de "gestionar su presencia y la de los representantes de los Gobiernos catalán y vasco", en los actos parisienses. Moratinos aprovechó entonces para invitar a todos los Gobiernos autónomos a acudir a París. Al final, la delegación española será triple: acudirán representantes de los Gobiernos de Cataluña, País Vasco y Principado de Asturias, que se unirán en París a la delegación oficial, que encabeza el presidente del Senado Francisco Javier Rojo. Rojo no oculta su emoción. "El acto es muy importante, porque demuestra sincero agradecimiento y la comprensión de que las sociedades no pueden pasar página, que la historia hay que conocerla. En ese sentido, es de gran importancia el reconocimiento a unas personas que lucharon por sus ideales, gracias a los cuales podemos disfrutar nosotros de sociedades democráticas y más justas". Con todo, será la delegación de la Generalitat de Cataluña, con el consejero de Relaciones Institucionales, Joan Saura, a la cabeza, la más numerosa. No sólo por el número de autoridades (cuatro), sino por el de ex combatientes -seis- que viajan desde Barcelona. "Recuperar la memoria histórica es prioritario para este Ejecutivo catalán", dice Saura. La conmemoración parisiense servirá además, añade, "para recuperar la memoria de la República, porque está demasiado asociada a la guerra, cuando esta institución representó muchas cosas más. Cosas alegres, festivas y positivas". Ni la delegación del Gobierno vasco (integrada por la consejera de Cultura, Mirem Azcarate, y el director de Comunicación de la consejería, Koldo Ordozgoiti), ni la asturiana (integrada por el Consejero de Economía, Jaime Rabanal y su jefe de Gabinete) irán acompañadas por ex combatientes, "por la avanzada edad de los pocos supervivientes del conflicto que hay en Euskadi", dice Ordozgoiti. Pero este pequeño detalle no ha restado interés al viaje. Según este portavoz de la Consejería de Cultura vasca no podía faltar una delegación de Euskadi, porque "somos herederos del aquel Gobierno de Aguirre que fue beligerante en la II Guerra Mundial, con acciones contra los nazis en varios puntos de Francia". Por no hablar de los vascos que había a las órdenes del general Leclerc, que fue el primero en entrar en París. Pero, además, concluye Ordozgoiti, "nuestra presencia tiene sentido porque se homenajea a todos los republicanos españoles que lucharon por la liberación en toda Francia". La delegación vasca llevará, "evidentemente", una ikurriña, pero los ex combatientes echarán en falta la bandera republicana.