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Zapatero yerra con Companys

ENRIC Sopena

La negativa del Gobierno socialista español a pedir perdón por el fusilamiento del presidente de la Generalitat de Catalunya Lluís Companys, perpetrado sin las mínimas garantías procesales, constituye un error monumental. Cuando el Gobierno alemán se disculpó a causa de las monstruosidades del régimen de Adolf Hitler --incluso asumiendo el compromiso de indemnizaciones -, nadie pensó que el Ejecutivo germano se considerara heredero del nazismo.
En el caso de España, un Gobierno que preside el nieto de un militar leal a la Segunda República que pagó con la vida --como Companys y tantos otros ciudadanos-- su coherencia democrática, no puede jamás ser sospechoso de afinidades con la dictadura del general Franco. Ni este Gobierno ni --que conste-- ninguno de los anteriores legítimamente surgidos de las urnas pueden ser tildados de sucesores de los gobiernos franquistas.
El Gobierno actual ha demostrado sensibilidad considerable en el apartado que cabría denominar de la memoria histórica, incluyendo el próximo homenaje que se rendirá en Barcelona a Companys. Por ello parece difícil entender tal negativa, escasamente acorde, por cierto, con el estilo de José Luis Rodríguez Zapatero.
El presidente, sin embargo, tiene aún tiempo para rectificar, como ha hecho, y con acierto, en otras ocasiones. No olvide el PSOE que Companys presidía un Gobierno de izquierdas y catalanista. Como el que preside ahora Pasqual Maragall, salvadas todas las distancias de texto y, asimismo, de contexto.

*Fuente : El Periódico, España. 8 de Octubre de 2004