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DECLARACION DE PRINCIPIOS DE LA ASOCIACION CIVIL COLEGIO MADRID, A.C.

E n 1939, a los pocos meses de haber llegado a México, la emigración española creo varias instituciones educativas, entre ellas el Colegio Madrid, aportando fondos para adquirir los bienes necesarios. Después de algunos cambios en la estructura y organización del Colegio, el Gobierno Republicano Español constituyó, el 17 de marzo de 1949, en la Nacional Financiera, S.A., un fideicomiso de los bienes, estableciendo que la administración del Colegio Madrid quedara a cargo de un Comité Técnico.

Muchos de los que integraban el exilio se habían formado o habían sido maestros en la Institución Libre de la Enseñanza o en el Instituto Escuela. Las ideas pedagógicas de ambos centros coincidían con las posiciones de otros muchos liberales españoles, y derivaban en parte de la filosofía de Carlos Krause, cuyo representante español fue Julián Sanz del Río. Uno de sus discípulos, Francisco Giner de los Ríos, creó la Institución Libre de Enseñanza. El más destacado de los colaboradores de don Francisco, Manuel Bartolomé Cossío, fue continuador de su obra.

El programa de la Institución imponía ciertos conceptos dignos de tomarse en cuenta:

"La Institución se propone, ante todo, educar a sus alumnos. Para lograrlo comienza por asentar, como base primordial, ineludible, el principio de la reverencia que al niño se debe. Por eso precisamente no es la Institución, no puede ser de ningún modo, una escuela de propaganda ajena, como se ha dicho, a todo particularismo religioso, filosófico y político, abstiénese en absoluto de perturbar la niñez y la adolescencia, anticipando la hora de las divisiones humanas...

Quiere, por el contrario, sembrar en la juventud, con la más absoluta libertad, la más austera reserva en la elaboración de sus normas de vida y el respeto más religioso para cuantas sinceras convicciones consagra la historia.

Pretende despertar el interés de sus alumnos hacia una amplia cultura general, múltiplemente orientada; procura que se asimile aquel todo de conocimientos (humanidades) que cada época especialmente exige, para cimentar luego en ella, según les sea posible, una educación profesional de acuerdo con sus aptitudes y vocación, escogida más a conciencia de lo que es uso; tiende a prepararlos para ser en su día científicos, literatos, abogados, médicos, ingenieros, industriales...; pero sobre eso, y antes de todo eso, hombres, personas capaces de concebir un ideal, de gobernar con sustantividad su propia vida y de producirla mediante el armonioso consorcio de todas sus facultades.

Para conseguirlo, quisiera la Institución que, en el cultivo del cuerpo y del alma, nada les fuese ajeno.

Si le importa forjar el pensamiento como órgano de la investigación racional y de la ciencia, no le interesan menos la salud y la higiene, el decoro personal y el vigor físico, la corrección y la nobleza de hábitos y manera; la amplitud, elevación y delicadeza del sentir; la depuración de los gustos estéticos; la humana tolerancia, la ingenua alegría y el valor sereno, la conciencia del deber, la honrada lealtad, la formación, en suma, de caracteres armónicos, dispuestos a vivir como piensan; prontos a apoderarse del ideal en donde quiera; manantiales de poesía en donde toma origen el más noble y castizo dechado de la raza, del arte y de la literatura españoles"; (Cit. por Rubén Landa en Sobre don Francisco Giner, Cuadernos Americanos, México, 1966, pp. 40-41)

En México, un gran número de hombres progresistas habían pasado por las aulas de la Preparatoria, cuya orientación y programas fueron formulados por Gabino Barreda, inspirado en las ideas de Augusto Comte.

Barreda pretendía reformar la educación, y aspiraba a la "progresiva y completa independencia escolar del poder público y temporal o político". El único compromiso educativo era un compromiso social; hombres y mujeres debían formarse mediante el conocimiento científico y el razonamiento lógico para transformar la sociedad y "conciliar la libertad con la concordia, el progreso con el orden".

La Preparatoria se llamaba así porque preparaba para la vida.

Por otra parte, no difiere de nuestra concepción actual de la educación el espíritu del artículo tercero de la Constitución Mexicana, que a la letra dice:

"La educación que imparte el Estado -Federación, Estados, Municipios- tenderá a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano y fomentará en él a la vez, el amor a la patria y la conciencia de la solidaridad internacional en la independencia y en la justicia.

I. Garantizada por el artículo 24 la libertad de creencias, el criterio que orientará dicha educación se mantendrá por completo ajeno a cualquier doctrina religiosa y, basado en los resultados del progreso científico, luchará contra la ignorancia y sus efectos, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios. Además:

a) Será democrático, considerando a la democracia no solamente como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo.

b) Será nacional, en cuanto -sin hostilidades ni exclusivismos- atenderá a la comprensión de nuestros problemas, al aprovechamiento de nuestros recursos, a la defensa de nuestra independencia política, al aseguramiento de nuestra independencia económica y a la continuidad y acrecentamiento de nuestra cultura.

c) Contribuirá a la mejor convivencia humana, tanto por los elementos que aporte a fin de robustecer en el educando, junto con el aprecio por la dignidad de la persona y la integridad de la familia, la convicción del interés general de la sociedad, cuanto por el cuidado que ponga en sustentar ideales de fraternidad e igualdad de derechos de todos los hombres evitando los privilegios de razas, de sectas, de grupos, de sexos o de individuos..."

Además de las similitudes entre los conceptos que sobre educación tenían españoles y mexicanos, se encontraban semejanzas de posición en otros muchos aspectos. Todo ello motivó a Lázaro Cárdenas a defender los ideales republicanos frente al mundo. No es de extrañar entonces, que muy pronto los colegios fundados por el exilio en tierra mexicana, contaran entre su alumnado, no sólo con hijos de refugiados, sino con hijos de mexicanos que simpatizaban hondamente con la educación laica, liberal y mixta, que sin proponérselo explícitamente, lograba formar en los educandos un espíritu crítico y una marcada conciencia de los problemas sociales.

 

PROPOSITOS DE LA ASOCIACION CIVIL

El Gobierno Republicano Español, en contrato privado de fecha 28 de marzo de 1974, cedió a título gratuito a la Asociación Civil Colegio Madrid, constituida el 10 de diciembre de 1973, todos los derechos que le correspondían como fideicomitente.

La Asociación Civil Colegio Madrid tiene una personalidad propia enmarcada en las leyes mexicanas y está constituida como personal moral apta y jurídicamente capacitada. No tiene como fin el lucro, sino su estabilidad económica y social. Son sus principios:

a) Continuar y desarrollar la obra cultural y educativa del exilio republicano español, al servicio de la comunidad mexicana, mediante establecimientos docentes y de investigación científica, social y económica, con la amplitud que le permitan sus recursos.

b) Respetar el pensar y sentir de sus asociados, así como el de los padres, profesores y alumnos que integran la comunidad.

c) Ser independiente de cualquier partido político, por lo que rechaza todo tipo de consignas.

LINEAMIENTOS PEDAGOGICOS DEL CONJUNTO ESCOLAR

La Asociación Civil tiene hasta hoy a su cargo, como única institución, el conjunto escolar Colegio Madrid y cree firmemente que las principales características que han distinguido a los alumnos de esta escuela, no deben variar en lo fundamental.

1. El Colegio Madrid está formado por cuatro escuelas: Preescolar, Primaria, Secundaria y Bachillerato. Las tres primeras están incorporadas a la Secretaría de Educación Pública y la última a la Universidad Nacional Autónoma de México. Seguirá los lineamientos académicos-administrativos que legalmente su incorporación le exija, pero en lo ideológico, quiere permanecer independiente, lo que no significa que pretenda apartar a los alumnos de su realidad histórica y social.

2. En el aspecto educativo procurará el desarrollo de un hábito de pensamiento crítico y evitará el predominio del memorismo. Interpretando las corrientes pedagógicas actuales, fomentará la participación del estudiante en el proceso enseñanza-aprendizaje.

3. El estudio deberá presentarse como la mejor posibilidad que se ofrece al hombre para lograr un conocimiento más profundo de sí mismo y del mundo que lo rodea. Por lo que es importante ayudar al alumno a relacionar las diversas áreas del saber entre sí y con su vida cotidiana.

4. Ofrecerá al estudiante una metodología unos conocimientos que le permitan desarrollar una actitud crítica. Para ello es indispensable que adquiera la dinámica de la investigación científica.

5. Permanecerá abierto a todos aquellos métodos pedagógicos que permitan integrar y sintetizar conocimientos científicos cada vez más amplios y complejos, e incorporar también los elementos que dan mayor actualidad y validez a las humanidades. Todo ello hará posible incidir en el desarrollo de un país tan heterogéneo como el nuestro.

6. Procurará desarrollar las capacidades físicas de sus alumnos y colaborará en la preservación de aquellos hábitos de higiene que son indispensables para la salud mental y física de los individuos.

Todo lo anterior ha de iniciarse desde el preescolar, con objeto de favorecer el desarrollo de sus capacidades intelectuales y cognoscitivas, a fin de facilitar el manejo de la información que se le proporcionará en ciclos ulteriores.

Es indispensable que los padres no permanezcan ajenos a esta tarea; será necesario que colaboren en el Colegio para evitar la separación anacrónica entre el hogar y la escuela. Los profesores, por su parte, serán la base sobre la que descanse la realización de estos principios.

28/11/2004

http://www.colegiomadrid.edu.mx/