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Cementerio de Albacete
Placa en honor a los 94 albaceteños muertos en campo de concentración de Mauthausen

 

Sr. Alcade, Sr. Presidente, Señoras y Señores,

Es para mi, hijo de deportado, un enorme honor de venir de Francia y tomar la palabra para exprimir mis agradecimientos en primer lugar a Vd. Sr. Alcalde, a vuestras consejeras, al Sr. Presidente del PSOE y tambien a mi familia y amigos de Albacete sin quien esta conmemoracion no habria podido ser efectiva la vispera del 60 aniversario de la liberacion de los campos de concentracion nazis.

Perdida la guerra contra Franco, los militares republicanos y el Pueblo que no quisieron caer en manos de los vencedores cruzaron los Pireneos. Aqui empezo una nueva tragedia. Internados en campos donde vivieron en condiciones sanitarias y alimentarias deplorables hasta la declaracion en septiembre 1939 de la guerra entre Alemania y Francia.

Una mayoria de ellos se llevan voluntarios para continuar el combate contra el fascismo. El en desastre de Junio 1940, millares de combatientes españoles cayeron prisioneros de los Alemanes.

Estos Españoles, soldados, militares legalmente incorporados en el ejercito Frances tenian derecho a respecto. Calificados de criminales por Serrano Suñer, Ministro de Negocios Extranjeros, el cual dijo a Hitler que fuera de España no habia Españoles y a peticion expresa de Franco, la Gestapo, pisoteando las convenciones de Ginebra los sacaron de los campos de prisioneros de guerra para convertirlos en deportados politicos y enviados en campos de concentracion donde fueron imatriculados con un triangulo azul que significaba “rojo español sin Patria”.

La mayoria fueron a MAUTHAUSEN, no podian caer en ningun lugar peor que MAUTHAUSEN, campo de 3° categoria, la mas espantosa.

A la llegada de cada convoy el Comandante del campo les decia: ”Españoles, seguramente no habeis oido hablar hasta el presente de Mauthausen! Mauthausen es el campo de los Españoles, el campo de la muerte. Habeis entrado por aquella puerta y pasareis hasta el ultimo por aquellas chimeneas.”

De los 12000 republicanos españoles deportados, unos 10000 fueron exterminados y entre ellos mas de 400 Manchegos y unos 94 Albaceteños principalmente en el campo de Mauthausen.

Muertos bajo la brutalidad en la cantera subiendo los 186 escalones con une piedra a espalda que pesaba mas que ellos, y a latigazos. Muertos de los castigos repetidos, muertos de tifus, de tuberculosis, de la disenteria, de un tiro en la nuca, de una inyeccion en el corazon, muertos todos tras haber luchado pie a pie.

Inimaginable la magnitud de la organizacion exterminadora de los seres humanos que funcionaba en este campo. Filtro enorme de diabolica composicion. Filtro siniestro que tuvieron que atraversar estos hombres sin mas delito que su disconformidad con el sistema autoritario, que atormentaba y mataba lentamente gota a gota, sin pausa ni descanso y de una manera fenomenal por la calma fria en la ejecucion de sus victimas.

La Déportacion es una obra humana ; en eso su aspecto mas tragico. Esta es la razon por la que el horror de los campos de la muerte petrifica el pensamiento. El primer reflejo consiste en suponer que las palabras seran siempre insuficientes para describir tal infierno y que tal catastrofe permanecera a nunca sin reparacion.

Ciertamente, los que no conocieron esta experiencia no llegaran nunca a incluir del interior lo que a podido ser la condicion de las victimas. No poder jamas rescatar el sufrimiento de las victimas no debe rechazar de nuevo a estas victimas fuera del tiempo.

Hace 60 años con la liberacion de los campos de concentracion, la humanidad, que tenia una escasa nocion de lo que era el fascismo, no comprendio en toda su intensidad el horror profundo que el regimen nazi representaba. Tan solo en las mentes de los que quedaron en vida han permanecido grabados los increibles horrores que contra el ser humano fueron cometidos en aquellos antros de la tortura y de la muerte y que formaban parte de la vida diaria del deportado.

A la hora de dar cuenta de lo que habian sido aquellos años, nadie hizo saber al mundo el drama que vivieron los deportados españoles.

Cada pais de los que habian tenido subditos encerrados y exterminados en los campos nazis hizo lo necesario para que el mundo conociera, tuviera una idea, de lo que representaba el genocidio organizado por los hitlerianos.

Los Republicanos Españoles, combatientes antes que nadie contra el fascismo se han encontrado, durante muchos años, situados al margen, formaban parte de los “dejados de lado”. Solo los supervivientes se impusieron, tras la liberacion, el obrar de manera para que no se olvidara el pasado.

Si la memoria de las victimas debia desvanecerse, entonces, si, serian muertos para nada y muertos una segunda vez por olvido. Pero si pudieramos hacer de este acontecimiento una leccion universal, si podiamos hacer que la evocacion de estos muertos sirva para parar el pensamiento totalitario en cuanto se manifeste, entonces nosotros abriamos servido la memoria de las victimas.

El deber de memoria es un deber de vigilancia. En este lugar, en este tiempo, es necesario de decirlo y repetirlo sin cansarse.

Sabemos contar los muertos y de guerra en guerra todo se borra. Pero que un solo muerto se levante al medio de nuestra memoria y entonces vivimos contra la muerte y pensamos a las ultimas palabras que pronunciaban nuestros compatriotas antes de cerrar definitivamente sus hojos y desaparecer en los hornos de los crematorios :
”NO HAY QUE OLVIDAR ESTO!”

Delante esta placa autoridades, familias y amigos podran venir a inclinarse para rendirles un postumo homenaje y reafirmar nuestra fe en los ideales de libertad que ellos defendieron y decirles halto y fuerte: “Hayer tubiestis la desgracia de morir en tierra ingrata, cuerpos reducidos a polvo, hoy por medio de esta placa conmemorativa descansais en vuestra tierra cerca de los que amaron la paz..

Juan Ocaña Ocaña

17 de abril de 2005