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ültimo alcalde republicano de Carlet

Vicent Gisbert

Secretario General del PSPV-PSOE de CARLET

La MEMORIA HISTÓRICA bien podría considerarse como la conciencia de los pueblos. Por ello, decimos que los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla o que “ninguna sociedad puede sobrevivir al desconocimiento de su propia historia por terrible que ésta sea” (Equipo Nizkor).

En este sentido, como ciudadanos, y como demócratas, tenemos el deber moral, y la obligación política, de realizar todas aquellas acciones que supongan recuperar una parte importante de nuestra historia colectiva que ha permanecido enterrada bajo una roca de silencio. Difícilmente, puede haber un hoy y un mañana democrático sin el conocimiento y el reconocimiento de nuestro pasado democrático.

Es por lo que creemos que ha llegado el momento de que CARLET se plantee, como un acto de justicia histórica, afrontar la rehabilitación jurídica, política y moral de todos aquellos que fueron represaliados y, sobre todo, de los que fueron “ejecutados” (así consta en las sentencias), por representar y defender el orden constitucional republicano, sancionado por los españoles mediante unas elecciones libres. Es necesario rescatar, en el más estricto sentido del término, los restos de los 26 conciudadanos nuestros que están enterrados en PATERNA, así como es necesario que CARLET conozca, valore y rehabilite la figura de uno de sus conciudadanos, que nos debería ser más caro, como es el último Alcalde de la República: FRANCISCO NAVASQUILLO MARTÍNEZ.

FRANCISCO NAVASQUILLO MARTÍNEZ fue condenado a la pena de muerte en un juicio sumarísimo y de urgencia celebrado en la plaza de CARLET el 30 de agosto de 1939. Sentencia que se cumplió el 9 de diciembre de 1939. De la lectura de la sentencia se comprueba que fue condenado, y “ejecutado”, no por su condición de padre, marido, hermano o labrador, sino por su condición política, por ser el representante de la República, que unos facinerosos, mediante la fuerza de las armas derribaron, imponiendo una dictadura que durante 40 años privó, y en la mejor de las circunstancias, de la libertad y la democracia a los españoles.

Parece inevitable, estamos seguros, que algunos, temerosos de esa conciencia llamada MEMORIA HISTÓRICA, van a manipular y tergiversar esta iniciativa. Seguro que hablarán de que busca la revancha o pretende desenterrar “viejos demonios”. Sin embargo, la intención es totalmente la contraria. A los socialistas sólo nos interesa la verdad, y en ello coincidimos con aquellos que creen que “la verdad os hará libres” (Jesús), pues sólo desde ella es posible la reconciliación. Esto es, los cimientos de nuestra democracia no pueden ser los del olvido o el silencio vergonzante, sino los de una reconciliación alcanzada mediante la comprensión y el perdón colectivo.

En definitiva, el pasado fue terrible para TODOS, pero hay una parte importante parte de ese “todos” que ha permanecido olvidada y, de ese “olvido”, nace la necesidad de rescatarla y rehabilitarla, pues con ello estaremos contribuyendo, no a revanchismos de ninguna clase, sino a fortalecer nuestra dignidad como ciudadanos libres.

Carlet, 14 de octubre de 2004