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FRANQUISMO Y MACHISMO

Rosario de la Nuez Torres (*)

Hay formas de pensar que se resisten a desaparecer de nuestra sociedad: los nostálgicos del franquismo y la cultura machista. Treinta años después de la muerte de Franco, el 19 de noviembre se congregaron en el Valle de los Caídos más de seis mil personas, - según testigos presenciales - , para rendir homenaje al general fallecido. La prensa tuvo mucho cuidado de no airearlo demasiado. Son muchas personas. Y esto no deja de ser preocupante, porque quiere decir que todavía hay gente que sigue pensando que con Franco vivíamos mejor, o que no había tanto libertinaje como hay ahora.

¿Qué relación tiene lo anterior con el machismo? Pues sencillamente que durante todos los años de la Dictadura la mujer fue educada para ser esposa y madre. Después de la Guerra Civil se volvió a una situación decimonónica, en la que desapareció el divorcio, y muy pocas mujeres podían realizar estudios universitarios. Después de la tutela del padre venía la del marido. A las mujeres en la Sección Femenina se las enseñaba a cocinar, a coser , a cuidar de un bebé, etc... Las mujeres aceptaban su sumisión al varón como algo normal, y transmitían a sus hijas esta escala de valores. El hombre siempre primero, porque es el que trae el dinero a casa. Si en la familia no había recursos suficientes, estudiaban los varones y a las hijas se le daba una culturita general para que pescaran un buen marido.

El 25 de noviembre se había señalado como el día para manifestarse contra la violencia de género, o violencia doméstica, como quieran llamarlo. No dejan de ser eufemismos. Los políticos se apresuran a ponerse detrás de la pancarta para hacerse la foto, y a buscar una frasecita brillante para la prensa. ¿Y si por un casual entre ellos hubiese algún maltratador? A pesar de la ley, los asesinatos de mujeres a manos de sus parejas se siguen produciendo. Entonces hay que pensar que algo falla. La campaña se está dirigiendo en una sola dirección. A la mujer se la anima a denunciar. ¿Pero alguien cree que es fácil denunciar? ¿Cómo se demuestran los malos tratos sicológicos y la violencia verbal? . En la película de Íciar Bollaín “Te doy mis ojos” cuando Pilar, la protagonista, se acerca a una comisaría a denunciar y el policía pregunta por los daños físicos, ella contesta que por fuera no tiene nada, pero que por dentro sí.

Hay un machismo que se resiste a morir, y hay hombres que todavía no aceptan que sus mujeres tengan independencia económica, o que tengan una imagen pública. A la ley le quedan muchos flecos. ¿Por qué todavía para disolver la sociedad de gananciales, si no es de mutuo acuerdo tiene que mediar una separación?. ¿Por qué en los bancos, aunque la mujer tenga una nómina, sigue necesitando la firma del marido para obtener un pequeño crédito?. La respuesta es breve, es la ley.

¿Por qué digo que se está actuando en una sola dirección? Porque se olvida a la otra parte del conflicto, el hombre. Porque no se potencia la mediación familiar, incluso la orientación sicológica para el hombre, como se ve en la película mencionada. No se hace, porque de antemano se piensa que es un fracaso, y que el hombre no acepta ningún tipo de ayuda. Siempre he pensado que cuando una pareja entra en conflicto, debe poder acudir junta a los centros de orientación, e intentar la terapia juntos si se puede. Pero a veces cuando una mujer pide ayuda lo único que le ponen delante es una separación, una denuncia...El hombre denunciado se rebela, y como no resiste perder la partida, mata. ¿Quién sabe lo que ocurre en el seno de una familia aparentemente normal?. Rosa Montero decía hace años en un artículo “hay verdaderos infiernos familiares en el seno de las mejores familias”.

Perdonen mis lectores la extensión de este artículo, pero es fruto de la rabia contenida ante la muerte de una vecina de la calle Palmito. La prensa se apresura a hacer juicios de valor y a lanzar hipótesis. No se mata porque sí. Las apariencias a veces engañan, y detrás de esos hombres tan educados y tranquilos en la calle, hay auténticas fieras en el seno del hogar.

Se está haciendo un esfuerzo en educación para erradicar el machismo en las generaciones futuras. Pero mientras, no podemos resignarnos a que haya un residuo de machismo que no tiene remedio. Sé que mucha gente no entiende lo que digo, y que se extraña de que sea una mujer quien lo dice. Lo que vengo defendiendo es que existan más centros de terapia familiar. Puede que sea una utopía, pero de momento la situación no se arregla con pancartas, ni con días de la no violencia, ni con frases para la galería... Es necesario actuar de otra manera, porque luego un forense dictamina “enajenación mental transitoria” y absolución o pena mínima. De la cárcel se sale, de la tumba no.

(*) Rosario de la Nuez Torres es profesora de Literatura en el IES José Arencibia Gil de Telde (Gran Canaria)

*Fuente: Teldeactualidad.com, 6 de diciembre de 2005