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LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA: La guerrilla de la memoria 

La aparición de la guerrilla es inseparable de la Guerra Civil española, cuando algunos combatientes republicanos deciden continuar la lucha tras ser derrotados. El movimiento guerrillero nunca llegó a poner en peligro la estabilidad del régimen de Franco y tuvo más un carácter de resistencia desesperada para sobrevivir con el apoyo de una parte reducida de la población. Las nueve agrupaciones contaron con una media de 5.000 guerrilleros. Próxima entrega: sábado 24 de diciembre

FERNANDO ARCAS CUBERO/PROFESOR DE HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE LA UNIVERSIDAD

PRÁCTICAMENTE olvidado como tema de investigación histórica hasta la llegada de la democracia, la guerrilla antifranquista de la posguerra cuenta ya con algunos estudios como los de Daniel Arasa, Harmut Heine, Fernanda Romeu, Juan Antonio Sacaluga, Secundino Serrano o Mercedes Yusta, entre otros. En Andalucía los pioneros son los historiadores malagueños José María Azuaga y Jose Aurelio Romero Navas.

Este documental dirigido por Javier Corcuera y producido por Montxo Armendáriz está basado en los impresionantes testimonios personales de antiguos guerrilleros de las agrupaciones del norte de España, Sierra Morena y Cataluña, y de los denominados «enlaces» que ayudaron a la guerrilla en Galicia y León. Un trabajo basado en la historia oral que reconstruye las ideas políticas, las motivaciones, la estructura orgánica, la vida cotidiana y las actividades de los guerrilleros que lucharon tras la Guerra Civil contra el franquismo. De todos ellos quizá el más impactante sea el de la hermana de Manuel Girón, jornalero ugetista leonés en las comarcas de El Bierzo y La Cabrera.

Invento español

La aparición de la guerrilla es inseparable de la Guerra Civil española, cuando algunos combatientes republicanos deciden continuar la lucha tras ser derrotados. La guerrilla es un método de combate propio de una situación de inferioridad militar y de la convicción de querer mantener la resistencia por medios distintos de los convencionales. En realidad la palabra y el fenómeno es un invento español durante la invasión francesa de 1808. En el caso de la guerrilla antifranquista, al factor ideológico se unió el de mera supervivencia ante la represión contra los republicanos durante la guerra y la posguerra. Inicialmente el término utilizado fue el de «huídos» para denominar a quienes se refugiaron en las montañas tras la derrota, desertaron o escaparon de las prisiones, campos de concentración o batallones disciplinarios. El movimiento guerrillero nunca llegó a poner en verdadero peligro la estabilidad del régimen de Franco y tuvo más un carácter de resistencia desesperada para sobrevivir con el apoyo de una parte reducida de la población.

Aunque no pueda establecerse un número exacto sus efectivos oscilaron entre 2.000 y 7.500, aceptándose una media de 5.000 guerrilleros en las nueve agrupaciones que operaron en España. En cuanto a los apoyos se calcula un total de 20.000 enlaces también denominados 'guerrilleros del llano', según los datos del completo estudio de conjunto de Secundino Serrano.

Guerrilla y política

La filiación política del también denominado 'maquis' fue mayoritariamente comunista. Sin embargo hubo también una guerrilla socialista en Asturias, y también presencia anarquista en toda España y especialmente en la guerrilla urbana de Cataluña. El objetivo primordial era el derrocamiento de la Dictadura y el restablecimiento de la República mediante la combinación de la lucha armada y el apoyo campesino, un sector especialmente conservador y reacio a la movilización política. Pese a los esfuerzos de la labor propagandística guerrillera en los pueblos y en los caseríos y cortijos, el apoyo del campesinado fue mínimo y en muchos casos obligado por el miedo a la fuerza lograda por la guerrilla en cada región. Además, España acababa de salir agotada de la guerra, con la práctica desarticulación de cualquier oposición política.

El régimen de Franco trató a la guerrilla mediante su catalogación como un mero caso de bandidaje y terrorismo, ocultó la difusión de sus actividades y empleó el término de bandidos o bandoleros para referirse a ellos.

Durante la segunda Guerra Mundial la causa de los aliados alentó las actividades guerrilleras con la convicción de que la derrota del Eje sería seguida de la invasión de la España franquista. En Málaga se produjo en este sentido una colaboración por mar de los servicios secretos norteamericanos en el norte de África con la guerrilla de la Axarquía. Pero el inicio de la Guerra Fría cortó definitivamente esas esperanzas y dejó sin salida al maquis español.

La guerrilla cotidiana

El monte -en una España que seguía siendo un país rural- acogió a los huídos y guerrilleros para poder sobrevivir y refugiarse de la persecución de la Guardia Civil, el Ejército o las «contrapartidas» de fuerzas del orden o falangistas camuflados. La subsistencia se lograba mediante la caza y la vida sobre el terreno, el apoyo de familiares o simpatizantes de las localidades cercanas y por los atracos, robos, extorsiones o secuestros. La guerrilla cuidaba también el aspecto de la educación de sus miembros, la formación política y la lectura, y estaba al tanto de la información a través de los emisarios llegados desde Francia o de las noticias de Radio Pirenaica. Sus actividades se desarrollaban por las noches, ocultándose durante el día. En su mayoría los guerrilleros eran personas jóvenes, de procedencia obrera, y buscaban su ámbito de actividad en zonas de tradición izquierdista -como las zonas mineras del norte- y afectadas por la represión franquista. Aunque hubo mujeres guerrilleras, su papel fue fundamentalmente de apoyo como enlaces y sólo huían al monte en caso de peligro.

Implantación y activismo

Aunque la primera agrupación guerrillera de posguerra fue la de León-Galicia, la más potente y mejor conectada con la dirección política del PCE en Francia fue la de Levante-Aragón. La más vinculada al medio urbano se dio en Cataluña, y en Andalucía la más activa fue la de Granada y la zona oriental de Málaga, aunque también las hubo en las sierras de Ronda y Cádiz. Pero el denominador común fue la dispersión y la práctica independencia de las diferentes partidas, con fuertes liderazgos que el rumor popular elevaba a mitos justicieros como había ocurrido con el bandolerismo del siglo XIX y principios del siglo XX. En las zonas de tradición de izquierdas la guerrilla tuvo un apoyo expreso o tácito de la mayoría de la población, oculta por el miedo a la represión.

La operación más relevante de la guerrilla fue el intento fallido de invasión por el Valle de Arán al producirse la retirada alemana de Francia en 1944, rechazado fácilmente por las fuerzas del orden y el ejército.

Etapas

La guerrilla adquirió su mayor desarrollo al producirse la victoria aliada y crecer las dificultades internacionales y el aislamiento del régimen franquista. Desde 1947 su fuerza declina con el cambio de actitud del PCE ante la lucha armada y la puesta en marcha de la operación definitiva desde el gobierno de Franco para hacerla desaparecer. Entonces se acentúa la presión de las fuerzas del orden sobre la guerrilla y sobre los enlaces, con el recurso a métodos que incluían la tortura en los interrogatorios, las represalias indiscriminadas sobre las familias y la aplicación de la «ley de fugas» -el asesinato de prisioneros bajo pretexto de la huída- que favorecen las delaciones de los enlaces o de los propios guerrilleros, y que terminaron con su existencia hacia 1952. En esa fase final también se alcanza la máxima brutalidad en las represalias guerrilleras.

Secundino Serrano concluye en su estudio que la falta de cohesión política y de apoyos fuera de España y entre la población, y la presión gubernativa fueron los factores determinantes del final del fenómeno guerrillero.

*Fuente: Sur Digital,  18 de diciembre de 2005