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A modo de ver y manera. Dan miedo.

José A. Alemán

A las homilías dominicales de don Pepito, en El Día , se corresponden en Gran Canaria las que firma cada siete días, en Canarias7 , José Manuel Soria, que ha logrado establecer el “exquisito” equilibrio interinsular, al menos en este subgénero periodístico delirante.

La homilía soriana del domingo último, titulada “El poder de la verdad”, tiene desperdicio, así que paso por alto lo que dice de la capacidad “tonificadora” de Aznar para subrayar su conclusión, que no me resisto a transcribir textualmente: “El PSOE ha vuelto al poder y con él sus hábitos sectarios y agresivos de siempre. Es una vieja tradición, que va de la revuelta de Asturias de 1934 hasta la violación de la Jornada de Reflexión de las Elecciones Generales del pasado 13 de marzo; del Frente Popular, al Tripartito; de los ataques a Parroquias y el asesinato de clérigos, a la actual campaña de acoso a la Iglesia Católica; de la mentira como arma revolucionaria a las calumnias de Moratinos y Rubalcaba como instrumento de aniquilación del adversario”.

Subleva, qué quieren, que se peque de esta manera de vileza, de ignorancia histórica, de torpeza política y de la grave temeridad de aventar fantasmas con propósitos revanchistas. Porque incita a recordarle, a Soria, que si en 1936 los fascistas se sublevaron contra un régimen legítimo, tras perder las elecciones pocos meses atrás, el PP no asimila ahora su derrota del 14-M y trata de deslegitimar al Gobierno, además de practicar el obstruccionismo para armar el gran cisco. Si relaciona al PSOE de hoy, a la izquierda en general, con el de los años 30, cabe hacer lo mismo con el PP, que tomó origen en el fascismo golpista del 36: ¿o es que los fundadores de Alianza Popular, luego transformada en PP, no procedían de las filas de quienes promovieron el golpe o sostuvieron el régimen resultante hasta el final?

En cuanto a la “revuelta de Asturias” de 1934, que Soria hace antecedente, nada menos, de lo ocurrido durante la jornada de reflexión del 14-M, va a juego con el rigor histórico de Aznar que situó el origen del terrorismo islámico contra España en la rendición de Boabdil en Granada, hace más de quinientos años. Menos mal que no se acordó de Atapuerca, puesto a buscar las raíces de Ben Laden.

Los párrocos asesinados: ¿no recuerda el escribidor de Soria los curas fusilados por Franco, en nombre de Dios, por supuesto? ¿O los justifica porque eran vascos y se trataba de iniciar la lucha contra ETA treinta años antes de la fundación de la banda criminal?

Pero el diablo las carga y también el domingo pasado La Provincia ofrecía un aleccionador reportaje de Miguel F. Ayala protagonizado por Enrique Torres Sánchez. Torres era un niño cuando los falangistas asesinaron a su padre y otros miembros de su familia. Su madre murió de pena y de hambre. Él juró vengarse y eso le supuso andar siete meses por los montes de Gran Canaria perseguido a tiros. Le dieron el buen consejo de que se presentara en el juzgado para que no lo mataran y pasó años de cárcel sin haber hecho nada. Él sabe quiénes asesinaron a su familia, pero se niega a desvelar los nombres porque los asesinos tienen hoy hijos y nietos a los que no sería justo provocar sufrimientos por hechos de los que no son culpables. Una actitud que choca con la del memorioso Soria, puesta de manifiesto cuando se celebra un nuevo aniversario de la Constitución que tanto doliera, en tiempos, a Aznar. Y nada digo de la sima de Jinámar, de los pozos de Arucas y otros lugares siniestros. Ni del conocido telegrama de “patos al agua” comunicando nuevos asesinatos en ruta marítima hacia la Península. Todo en una tierra donde no había guerra, con lo que ya me contarán lo que no harían por las Españas.

Es doloroso volver sobre aquello cuando aún le duele a tantos. Pero es preciso hacerlo cuando con un inaudito cinismo infame firma artículos de esta ralea el presidente de la fuerza política a la que más interesa dejarlo estar. Ofende Soria a las víctimas del fascismo, ofende a la gente honesta que de buena fe militan en su partido o lo votan y ofende a nuestras inteligencias. Él, que tan aficionado es a exigir que los demás pidan perdón, ¿no debería pedir perdón por su flatus verbi de ignorantón impúdico y fascista? Da miedo imaginar qué hubiera sido de nosotros de ganar esta gente el 14-M. Como da miedo que no acierte el PP a quitarse de encima a tantísimos fachas.

*Fuente : Canarias Ahora.com. 10 de Noviembre de 2004